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A&E estrena el especial La masacre de Jonestown
Miércoles, November 14, 2018 16:48

 

A&E estrenará domingo 18 de noviembre a las 22 La masacre de Jonestown, un estremecedor especial de dos horas a 40 años de uno de los mayores suicidios colectivos en la historia, en el que murieron 918 personas, y que profundizará en el importante papel de cuatro mujeres en la planificación de esta tragedia. Una historia de fraude, hipocresía y manipulación que tuvo un desenlace mortal en una comunidad que se refugió en la fe y que terminó muerta.

La masacre de Jonestown cuenta cómo se formó el Templo del Pueblo (The People’s Temple), una comunidad fundada en 1955 en Indiana por el profeta sanador Jim Jones con el objetivo de crear una sociedad basada en los principios del cristianismo, socialismo e igualdad social; y el terrorífico desenlace de esta comunidad en noviembre de 1978 profundizando en la influencia que la esposa de Jones, Marceline Jones, y sus amantes Carolyn Layton, Maria Katsaris y Annie Moore tuvieron sobre el Templo del Pueblo y su trágico final.

A través de entrevistas exclusivas con los sobrevivientes y familiares de víctimas de la masacre de Jonestown, incluido el hijo biológico de Jones, así como con imágenes de archivo, fotos, grabaciones de audio y cartas personales de estas mujeres líderes, el documental ofrece una visión íntima de sus roles dentro del Iglesia desde sus primeros días en Indiana hasta su expansión al norte de California y, finalmente, su trágico final en la jungla aislada de Guyana, en Sudamérica.

La historia de Jonestown comienza con Jim Jones, un ministro blanco que buscó propagar sus ideas socialistas y progresistas congregando a personas blancas y afroamericanas y cuya comunidad se estableció en Indiana como el Templo del Pueblo (The People’s Temple). Con una masiva convocatoria durante los años ’60 y una impresionante popularidad durante la década de 1970, expandiéndose a San Francisco y Los Ángeles, llegando a tener miles de miembros, Jim Jones junto a su mujer Marcelyn Jones lideraban una sociedad en la que se predicaba la integración de pobres, ancianos, las relaciones integradas entre blancos y negros, pero en la que predominaba la hipocresía, la mentira, la deslealtad, la manipulación, la humillación, la desigualdad y la explotación. “Papá era un hombre inseguro y un racista. En el círculo íntimo de la comunidad eran todos blancos. Además, él era ostentoso y dramático; todo lo que papá hacía era para impresionar. Siempre estaba alerta de quién estaba pendiente de las cosas que hacía y de lo que pensaban sobre lo que él estaba haciendo”, revela Stephan Jones en el especial de A&E. Hijo de Jim y Marcelyn, Stpehan tenía 19 años cuando ocurrió la masacre. En el documental, 40 años después, Stephan destaca el rol de su madre Marcelyn dentro de la comunidad, las dinámicas de poder que existían dentro de la congregación y la ferviente lealtad de su mamá por Jim, quien mantenía relaciones sexuales y romances con otras integrantes del Templo del pueblo. “Mi madre Marcelyn lo sabía y lo aceptaba. Hoy en día es diferente, una mujer puede tomar a sus hijos y huir. Pero creo que para mi madre escapar en ese entonces ni siquiera era una opción”, explica.

El especial además, cuenta con una entrevista a la hermana de Carolyn Layton y de Annie Moore, Rebecca Moore, quien relata cómo fue que sus familiares ingresaron a la comunidad y lograron establecerse como líderes de la misma, aseverando que ellas tuvieron una parte fundamental en la planificación de la masacre. “Carolyn vio al templo como un movimiento político; Annie lo vio como una organización religiosa en la que las personas hacían lo que Jesús les decía. Annie pasó de ser una persona divertida y que bromeaba a una persona que planificó una muerte en masa que es difícil de entender”, afirma Rebecca en el documental.

Mary Maaga, autora de “Hearing the voices of Jonestown” (1998) es otra de los destacados testimonios de este impactante especial que analiza los factores que contribuyeron a este suicidio en masa y la influencia que llegaron a obtener estas cuatro mujeres que acompañaban a Jim Jones, entre ellas, María Katsaris una joven integrante de la comunidad que se volvió una de las referentes y que defendió su lealtad hacia la comunidad confrontando hasta las acusaciones y denuncias de su propio padre en contra de lo que sucedía de entro de esa sociedad.

La masacre de Jonestown también cuenta con entrevistas exclusivas a los ex miembros de la comunidad, Laura Johnston Kohl, Leslie Wagner-Wilson, Jordan Vilchez y Hue Fortson Jr. quienes aseguran que la iglesia activista trabajaba de forma manipuladora para cambiarles la vida a las personas, brindándoles un hogar a aquellos con necesidades, ancianos, a los afroamericanos, cooptando a gente para que pensaran que vivirían en una sociedad que funcionaba y que aceptaba, donde sentirían lealtad.

“Allí encontraban amor y aceptación. Había mucha gente que había sufrido mucho desde chica, que había tenido infancias y experiencias terroríficas, que perdió todo y que llegaba al templo a brindar todo su amor, lo que le quedaba de dinero o lo que le quedaba de su vida. Y todo era falso. Una vez que ya dabas todo, no tenías nada, sólo el templo. Y funcionaba”, cuenta Wagner-Wilson.

Con una ascendiente popularidad en 1977 y hasta el apoyo de políticos locales en San Francisco, el Templo del Pueblo tomó una dimensión que se volvió incontrolable para Jones, quien se volvió paranoico de los medios de comunicación, sobre todo después de la denuncia de una de sus ex miembros Deborah ‘Debbie’ Layron, quien huyó para salvarse e intentar salvar las vidas de quienes había dejado atrás. Debido al gran impacto a nivel nacional, la comunidad, ahora sospechosa frente a los ojos del mundo, tuvo que huir de California y se trasladó hacia Guyana, Sudamérica, en la selva de Jonestown.

La preocupación por el estado de esta comunidad llamó la atención del congresista Leo J. Ryan, quien el 18 de noviembre de 1978, tres días antes de la masacre, viajó a Jonestown y fue disparado a muerte mientras intentaba escapar junto a una delegación de funcionarios y periodistas, después de que fueron a reclutar a personas que no estaban conformes de vivir en esa comunidad.
21 de noviembre de 1978.

“No cometimos un suicido, cometimos un acto de suicidio revolucionario protestando contra las condiciones de un mundo inhumano”, relata la voz de Jim Jones por los altoparlantes ubicados en el campo de la comunidad de Jonestown mientras las filas de fieles esperan su ponche con cianuro que los llevaría directo a su muerte. Primero, se les ordenaba a los padres que se los den a sus hijos; y luego era el turno de los jóvenes y adultos.

918 muertos, 304 de ellos niños, es el saldo que dejó el mayor suicidio colectivo de la historia.

Entre esos cuerpos se encontró el de Jim Jones, quien apareció con un tiro en la cabeza. Después del suicidio, las únicas dos personas que quedaron con vida fueron Annie Moore y Jim, quienes no se envenenaron. Se especula que ella tomó un arma y le disparó, dejando luego una nota y suicidándose de un tiro: “Tengo 24 años de edad y no tengo esperanza de vida. Pensé que podía intentar hacerle saber al mundo lo que Jim Jones y el Templo del Pueblo es; de qué se trataba Jonestown, la comunidad más pacífica y de amor que jamás existió, y quien Jim Jones, la persona que hizo de este paraíso algo posible (...) Morimos porque no nos dejaron vivir en paz”.


 

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